¿Cómo mejorar el rendimiento de un equipo de trabajo?

¿Cómo mejorar el rendimiento de un equipo de trabajo?

Alrededor de la mitad de las empresas españolas reconoce problemas de eficiencia y de rendimiento en sus plantillas de trabajo. En concreto, el grado de productividad de nuestras firmas es de 58.78, siendo 0 el mínimo y 100 el máximo, de acuerdo con el último barómetro del centro Adecco Outsourcing. Decididamente, no es la estadística más halagüeña, motivo por el que tantas empresas encontrarán razones suficientes para implementar estrategias y medidas encaminadas a mejorar este aspecto, diferencial en las compañías líderes de cada sector.

Elevar el rendimiento de los recursos humanos es fácil de proponer y difícil de materializar, pues requiere un cambio más o menos drástico en las pautas y mecánicas de trabajo o la mejora de la conectividad en las oficinas y puntos de venta, entre otras medidas. En respuesta a la cuestión de cómo mejorar el rendimiento de un equipo de trabajo, las siguientes recomendaciones serán de utilidad.

Establecimiento de metas: un rumbo a seguir

A bordo de la nave empresarial, si el know how equivale a las cartas de navegación, ¿qué sería el rumbo? Las metas, naturalmente. Estas permiten conocer el destino al que el conjunto de trabajadores dirige sus esfuerzos diarios, evitando además que la directiva pueda ‘distraerse’ de los verdaderos objetivos de una campaña determinada (a menudo los árboles no dejan ver el bosque).

Disponer de objetivos y comunicarlos a los recursos humanos presenta un beneficio inesperado: la identificación personal con el éxito de la compañía y, por tanto, el mayor interés en su consecución. En síntesis, para saber cómo mejorar el rendimiento de un trabajador, los objetivos son importantes.

Pero el establecimiento de metas a corto, medio y largo plazo no es tarea fácil. Deben formularse de manera clara, precisa y accesible a la comprensión de todo el personal involucrado, y su logro debe ser asequible y proporcionar un beneficio real a la empresa. Por ejemplo, «conseguir 5.000 likes en una campaña promocional en Facebook que ofrezca un 10-20% de su equivalente en conversiones» es un objetivo concreto y comprensible, si bien no demasiado razonable en la mayoría de sectores y nichos de mercado.

Internet de alta velocidad: un impulso al rendimiento laboral

Siguiendo con la analogía náutica, las empresas mejor gestionadas naufragarían sin remedio de no poseer sistemas GPS, radio marina y otros dispositivos de navegación y comunicación. Hablamos de tecnología, que en definitiva puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso en el competitivo mundo empresarial.

En la era de la información, optimizar la infraestructura de red (WiFi, cableado estructurado, etcétera) equivale a mejorar la efectividad del equipo. La práctica totalidad de empleos dependen hoy de una conexión a internet de calidad. Si esta fuera deficiente, la productividad de la masa de empleados se vería resentida, juntamente con la cifra de negocios de su empresa a fin de mes. Siendo precisos, una mala conexión ha demostrado ser problemática para el 89% de los trabajadores, ocasionando pérdidas de hasta 30 minutos diarios, según un estudio de Randstad.

Invertir en una conectividad mejorada supone que cada empleado podrá desempeñar su actividad de forma más rápida y eficiente, posibilitando además el multitasking o multitarea, una tendencia ascendente en puestos de trabajo que implica la realización de diversas tareas a un mismo tiempo. Pero realizar dos o más cometidos a la vez sólo está al alcance de oficinas con una conexión a internet de alta velocidad, motivo por el que resulta indispensable.

Así pues, ¿cómo tener un equipo de alto rendimiento?, ¿cuál es el ‘secreto’? Una respuesta evidente es proporcionándole las mejores herramientas disponibles, y la conexión a internet de calidad es sin duda la más valiosa. Como todo tiene su contrapartida, la conectividad no es diferente: el uso de redes sociales o el envío constante de notificaciones puede generar distracciones inadecuadas en el entorno laboral. Por fortuna, estas son fácilmente evitables por medio del bloqueo de direcciones de internet y otras medidas.

Comunicación y ‘feedback’: esenciales en un ‘clima’ productivo

La falta de comunicación está detrás de la improductividad de empresas de tamaño medio y grande. Esta debilidad se convierte en un factor especialmente crítico en las ‘colmenas’ más numerosas, no sólo por el elevado número de activos humanos, sino también por su dispersión en departamentos, sucursales e incluso filiales. Sin embargo, la grandeza no ha sido un problema para colosos como HP, 3M o Microsoft: el quid del asunto es un déficit de comunicación, quizá derivado de la falta de transparencia, un clima laboral poco amistoso o la ausencia de reuniones en grupo o one to one con trabajadores.

Además de disfrutar de una comunicación fluida, los empleados de alto rendimiento se benefician de una retroalimentación edificante para la empresa y para sí mismos. En otras palabras, saben aceptar y realizar críticas constructivas, sin que el exceso de sinceridad en este sentido pueda comprometer su puesto en la empresa, ni dañar el orgullo de los superiores o del resto de la plantilla.

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