La importancia de las redes y la conectividad en el ecosistema empresarial está fuera de duda. Sorprende que numerosas oficinas y coworkings sigan dependiendo de un servicio e infraestructura obsoletas, con velocidades y coberturas mínimas que limitan su desarrollo y que suponen, a largo plazo, un hándicap para su crecimiento futuro. Y es que optimizar la red de WiFi corporativo puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Un primer paso para lograrlo consiste en estudiar la ubicación del enrutador, dispositivo responsable de dispersar la conexión a internet por los dispositivos (ordenadores, teléfonos, impresoras, etcétera) conectados a la red local. Debido a su vulnerabilidad a las interferencias, la calidad del envío de datos disminuye por la presencia de obstáculos físicos (tabiques, mobiliario) y por una configuración inadecuada (orientación errónea).
Generalmente, se recomienda instalar el enrutador cerca de los equipos que desea conectarse a la red y eliminar o reubicar los muebles, paredes, etcétera, que puedan comprometer la velocidad de transferencia de datos del WiFi empresarial. La proximidad del enrutador con respecto a los dispositivos es un factor clave, pues determinará el rango y la calidad de la conexión. No obstante, la instalación del wireless fidelity (abreviado como WiFi) no debe realizarse en un punto cercano al PTR (power line communications) en el caso de las líneas de abonado digital (ADSL).
Una infraestructura moderna también es determinante para las conexiones a internet para empresas. La inversión requerida para mantener las redes WiFi actualizadas es mínima en la mayoría de los casos; una simple tarjeta de red de nueva generación puede elevar la inmediatez y la estabilidad del envío de datos en los dispositivos conectados a la red local. Subestimar este apartado puede comprometer la seguridad de clientes y empleados: 1 y cada 5 infraestructuras WiFi son inseguras porque su cifrado no está actualizado, según el ‘Estudio sobre la Ciberseguridad y Confianza en los hogares españoles’ del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI).
En edificios de varias plantas, la instalación de antenas de WiFi permite distribuir una red de puntos de redirección de la señal inalámbrica, de forma que esta circule con la velocidad y la ‘nitidez’ necesarias desde el enrutador principal. Estos elementos pasivos son aliados de las redes de internet para empresas en España por la mejora de la cobertura y la solidez de la señal que brindan a los apartados situados en puntos distantes. Por ventajosa que sea esta solución, tiene sus inconvenientes, como la disminución de la velocidad de transferencia a medida que aumenta el número de dispositivos conectados. Con todo
Por otra parte, si la infraestructura de WiFi carece de cableado de telecomunicaciones y no es posible maximizarla por medios más ortodoxos, una forma de amplificar la transferencia de datos en grandes superficies son los aparatos de expansión de red, especialmente el citado PLC, que pueden garantizar velocidades de conexión de más de 1 gigabits por segundo. Más en profundidad, los adaptadores PLC hacen las veces de repetidores, constando de dos componentes fundamentales: un primer aparato unido al enrutador por medio de cables Ethernet y un segundo ubicado en la planta u oficina receptora de la señal. La fiabilidad de los adaptadores PLC justifica que sea un dispositivo tan útil para optimizar el WiFi de empresas de cualquier tamaño.
El desarrollo del roteador WiFi corporativo ha sido notable a partir de la década de los ochenta: desde los tiempos del IMP, el ARPANET, el NSFNET y el NAP hasta los actuales 4 y 5G. Si esta tecnología está en constante evolución, ¿por qué tantas empresas extienden la vida útil de sus enrutadores y cableados deactualizados? Dar la espalda al cambio supone un ahorro de dinero, pero también un ‘despilfarro’ de productividad.
Por este motivo, es aconsejable disponer de un enrutador moderno y de alta gama, con el rendimiento, la cobertura y la escalabilidad necesarias y una seguridad a la altura, con VPN, cortafuegos y protocolo WPA3 o superior, incluyendo prestaciones como la opción de utilizar una tarjeta SIM en sustitución de la conexión habitual, en caso de que esta se pierda en situaciones de emergencia.
Respecto al protocolo WiFi Protected Access (WPA), contar con la última versión disponible reviste especial importancia, dado que la primera generación de protocolos restringía el envío de datos a 54 Mbps, límite ausente en la tercera generación. Obligado es subrayar que WPA3 garantiza un plus de seguridad y protección que WPA2 y WPA.
Otra de las claves para acelerar una red de WiFi corporativo es el uso preferencial de la banda de frecuencias 5G frete a las 4G LTE. Con ello, se obtiene una mayor velocidad en el envío de paquetes de datos, pues mientras que las anteriores generaciones ofrecían hasta 100 Mbps, las 5G pueden superar el 1 Gbps. Más allá de la velocidad, esta banda de frecuencias presenta una menor latencia, es decir, un lapso más pequeño entre el momento del envío de datos y su recepción. Esta cualidad beneficia no sólo a las comunicaciones entre empleados y clientes (chats en directo y videoconferencias, por ejemplo), sino también a la mayoría de los procesos de automatización ya mencionados.
